Buenos días. Permitídme que hoy os presente a las criaturas no humanas (visibles) que pueblan esta casa.
Esta es Irtxa, una perra labradora negra de 2 años, en plena juventud con todo lo que eso supone de derroche de energía. "Loca" es el calificativo que más veces recibe a lo largo del día. Sabed que por aquí se estilan los perros grandes (tipo "Brutus", "Anibal" o "Belcebú") y no se ven los típicos perros pequeños que tanto pululan por las calles hispanas (lo que coloquialmente denominamos "perro patada")y que es una cosa de la que se percató Irina este verano en España. Supongo que sacar a "Cuscurri" a pasear a 15 bajo cero sería mortal de necesidad...
Esta es Masaña, una gata siamesa de unos 3 años del tipo cojín, no te enterarías de que existe de no ser por algún paseito que se da de vez en cuando o porque cuando te sientas a la mesa se acerca a ver si cae algo interesante. Tiene la afición de darte lametones a la primera de cambio (no sabemos exacatamente si para reclamar atención o por que es maniática de la limpieza) y por la noche se sube a la cama para absorber calor, esto último no tendría mayor trascendencia de no ser porque a veces te despiertas sintiendo como te clava las uñas en el cuerpo al desperezarse. Es curioso, porque yo tenía en Zaragoza una gata siamesa de la misma edad. ¿Sincronicidad o casualidad?.
Y por último tenemos al ente más inquietante de todos. Cristina con su más de 6 años es el animal más antiguo que puebla esta casa. Su historía es trágica. Hace unos años se cayó desde la ventana del sexto piso en el que estamos y si bien fisicamente no sufrió apenas daño no podemos decir lo mismo psicologicamente. Desde aquel traumático episodio desconfia de todo lo que se mueva y lo llevaría mejor de no haber sido porque hace un año invadieron su territorio los dos bichos anteriormente mencionados. Agobiada por estas presencias, el animal se refugia casi todo el día en la habitación de la suegra, saliendo tan sólo para alimentarse y sólo cuando el resto estámos mirando hacia otro lado. Ante tan injusta situación expresa su descontento haciendo sus necesidades en cualquier alfombra de la casa.
En fín, como veis estamos continuando en esta casa la noble tradición soviética del piso comunal.
Y toco madera para que no aparezca NADIE mas....