Dice la tradición que durante la Noche de Todos los Santos todos nuestros malos pensamientos, los deshechos de nuestra conciencia e inconciencia, escapan de nuestra psique y se materializan en insectos u otros animalitos repulsivos.
Esa noche en el piso comunal sus habitantes se despertaron alterados por las voces de un compañero de piso. Había encontrado una rata en la bañera. Una de las mujeres se armó de valor y aunque no atreviéndose a matarla, le echó un trapo encima la envolvió y tiró todo el paquete por la ventana.
Nadie supo como pudo llegar la rata a la bañera. Algunos pensaron cuanta miseria deberían estar generando en sus almas para que hubiese aparecido una rata tan grande.
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