El Tiempo St. Peterburg

Conoce a los grandes maestros de la pintura rusa...

Últimas entradas

viernes, 11 de julio de 2008

Miseria

La anciana es ya un muerto viviente. Alcohólica desde hará cerca de 20 años está ya mas allá de toda esperanza. Parece un fantasma del nuevo cine de terror japonés: pequeña, demacrada, piel ajada, pálida, media melena desmadejada y unos ojos negros y vacíos, como si no hubiera globos oculares en sus cuencas. La primera vez que la vi me asustó su sola presencia.

A veces vaga por la escalera del edificio de casa en casa, pidiendo algo de dinero, poniendo cualquier excusa para conseguir unos rublos para una botella de cerveza.

Vive en una casa con cinco gatos. Los gatos parecen vivir bastante mejor que ella. La casa apesta. Hasta hace poco su hija vivía con ella. Esta se había atrincherado en su habitación y creado un mundo aparte de la suciedad del resto de la casa. Pero la hija ya se ha debido cansar de lidiar con la situación. Ha desmontado su habitación, ha puesto un armario en la puerta para que la madre no pueda entrar y se ha ido a vivir con su novio. Con la salida de la hija la decadencia se ha acelerado y la casa es ya un vertedero. La chica sabe que tarde o temprano el árbol caerá y heredará la casa. Lo irónico es que la hija es enfermera. También dicen que tiene una hermana adinerada pero que ella debe ser algo así como una oveja negra para la familia.

La anciana subió ayer. Quizás esta sea la única puerta que se le abre ya en todo el edificio. Pidió que llamáramos a una ambulancia. Por supuesto no tiene teléfono. Llamamos primero al psiquiátrico, ellos de alcohólicos no se encargan. Llamamos a un ambulancia normal. Ya la conocen. La mandamos a su casa. Se va pero vuelve una y otra vez. Pide comida, pide algo de dinero, pide ayuda. Irina comienza a perder los nervios. Odia a los alcohólicos y a los adictos y así se lo dice a la mujer. Avisa a la mujer de que va derechita hacia su tumba. A la mujer ese dato no parece importarle mucho y además amenaza con que seguirá volviendo desde el mas allá. Suficientes fantasmas tenemos ya en casa para tener otro más. La ambulancia ha debido llegar. Quizás le hayan dado algo, no lo sabemos.

Una vez más vuelve. Insiste en que volvamos a llamar a la ambulancia. Esta vez Irina le dice que hable ella personalmente. Puede oír los gritos de alguna mujer que desde el otro lado del teléfono le dice a la mujer que ya se lo han advertido y que si se quiere suicidar es su problema. La mujer sigue pidiendo ayuda. Ya sólo queda una cosa que le pueda ayudar. Le damos dinero y le advertimos que será la última vez que le abramos esta puerta. Ella asiente y da las gracias. Al rato Irina, que siempre tiende a tomar demasiadas responsabilidades ajenas, empieza a pensar que el dinero que la ha dado puede ser el que acabe matándola. La tranquilizo diciéndole que en cualquier caso esa es su decisión. Más responsabilidad tiene la familia y el estado que la ha abandonado. Además le aviso de que volverá. Luego, pensando para mis adentros, me entraron ganas de hacer las maletas y salir de este condenado suburbio.

Esta mañana han vuelto a llamar insistentemente a la puerta. No hemos abierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

Otros blogs de interés

Y unos consejos publicitarios...

Nos visitan:


Locations of visitors to this page
Estadisticas Gratis