El metro es un mundo. Cada día podría dar algo que contar. Además de los sufridos viajeros hay toda una fauna autóctona que pulula por el.
Puede estar usted en su vagón cuando de pronto entren tres señores vestidos de militares, uno con muletas y los otros con guitarras, y suelten un "speech" tipo: "Queridos ciudadanos, una ayudita, somos veteranos de la guerra de Chechenia". Y dicho esto se pongan a cantar una canción de un minuto para luego pasar la bandeja. Son pocos los que echan alguna moneda. Por contra tambien puede entrar al vagón un veterano sin piernas que se desplaza con un carrito con ruedas propulsado por sus brazos. Si los anteriores llaman más a la solidaridad este invoca más la compasión. Una vez en una parada de metro ya vi a un pobre sin manos ni pies. Lo vi sentado en un banco del andén, impecablemente vestido. Al rato se acercaba la que quizás fuese su mujer o compañera con algo parecido a un carrito de niño. Parecía tan digno que no pensé que también se dedicase a la mendicidad. Pero mire por donde otro día me lo encuentro pidiendo, desplazándose también con un carrito por el suelo y con una bolsita colgada del cuello para que echasen el dinero. Puede que paseando por el centro de la ciudad también veais muchos mutilados en uniforme .
Todos dicen ser veteranos de guerra pero me dicen que ninguno lo es. Son tullidos que se ponen un uniforme e invocan al patriotismo de sus ciudadanos para sacar un dinerillo. Me dicen también que son propiedad de las mafias y la leyenda urbana cuenta que las mafias mutilan personas para que trabajen para ellos de mendigos. Eso dicen...
Irina presenció una vez una escena curiosa. Estaba en el metro cuando entró uno de estos veteranos a pedir. Soltó el discurso de que era un veterano de Chechenía cuando se le acercaron tres hombres pregúntandole en que regimiento había servido. El supuesto veterano titubeo. "Regimiento número 2". "¿Y dónde estabas?. ¿Con quién?". No pudo responder y se llevo una tremenda bofetada junto con algunos insultos. Efectivamente estos tres hombres SI que eran veteranos de Chechenia y el mendigo se tuvo que marchar humillado con el rabo entre las piernas. El ser tullido quizás le salvó de una páliza. Me dicen que los verdaderos veteranos de guerra no se rebajan a pedir. Parece ser que tienen unas pensiones razonables para lo que se mueve por aquí.
Me cuentan que en tiempos de la URSS la gente no sabía que se cocía por Afganistán. Me cuentan que la gente iba al ejercito y volvía tullida y sólo por ellos sabían que estaban en guerra. Recientemente con el conflicto checheno el pueblo ruso tampoco tenía mucha información.
Hay un vecino del barrio llamado Sergei. Orondo, risueño, pelo y barba corta, pequeños y vivos ojos azules, bebedor y fumador, daría la imagen típica del ruso cosaco. Pasea a una joven y alocada perra afgana de pelo carmesí. Lo conocí paseando a nuestra perra y le dió por hablarme. De lo poco que le entendí una cosa fué que estuvo en Afganistan. Cuando me haya hecho más con el idioma quizás le pida que me cuente lo que no cuentan los libros.
De hecho estoy esperando a poder tener muchas conversaciones con mucha gente de por aquí. Entonces esto si que se pondrá interesante para todos amigo lector.
No hay comentarios:
Publicar un comentario