De nuevo con todos ustedes...
Acabaron las vacaciones y estamos de vuelta en la gran ciudad. He venido a caer en plena canícula báltica. El sol está apretando bastante y estamos incluso superando los 35 grados. Los nativos lo están pasando fatal. Ayer la suegra fué al campo a pasar la tarde y me volvió achicharrada la pobre (las delicadas pieles eslavas).
Esto de las vacaciones es curioso. Vuelve uno a la patria, a la ciudad natal, y uno tiene una sensación medio esquizofrénica. Todo está como lo has dejado (al fín y al cabo han sido pocos meses de ausencia) y parece que nunca te hayas ido. La estancia en Peter parece haber pertenecido al mundo de los sueños. En medio hemos ido unos 5 días a la playa, lo cual ha servido de descompresión. Y luego, de nuevo aquí, pero sintiéndome menos extranjero que otras veces.
Como si fuera año nuevo nos hacemos buenos propósitos cara al "nuevo curso" que se avecina. Cuidarnos más la salud con ejercicio y buenos alimentos. Y es que he vuelto bastante perjudicado de las vacaciones. Agotado diría.
Meternos vida con el ruso o al menos mantener el nivel de progreso. Como era previsible no he hecho casi nada estas vacaciones, tan solo algunas lecturas en la playa gracias al librito que me regalo Marta en Barcelona (visiten su librería rusa en la calle Joaquín Costa, en el mismo centro de la ciudad).
Mi busqueda de una cámara digital a precio asequible y tamaño reducido ha sido infructuosa (para que necesito 7 mpx??). Seguiré pasándome por la tienda de segunda mano cerca de Sennaya a ver si cae el chollo. Mientras tanto volveré a tirar de mi Powershot de 2mpx para la cual me he comprado un bolsito de esos playeros. Así puedo transportarla más facilmente. Todo esto va relacionado con el propósito de hacer más fotos para ilustrar el blog con imágenes de cosecha propia.
Respecto al blog voy a intentar aumentar la frecuencia no enrollándome tanto en los posts para que la actualización sea más agil. A ver que tal va.
Afrontamos nuevo curso con nuevos proyectos y, aunque suene manido, nuevos desafios. Che sará, sará...
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