Ayer salió un día soleado estupendo, así que me di un paseito por el barrio y tiré unas fotos.
Estas dos son de la zona de los centros comerciales junto a la boca del metro. Sobretodo en las suburbios, cerca del metro florecen los centros comerciales. Las dos instantaneas son contiguas, así que ya veis que por haber, oferta de consumo hay.


Una imagen de la calle Malaya Balkanskaya. Observad lo cerca que están las torres de alta tensión de las viviendas. Nada bueno para la salud me imagino.

Y una imagen de la calle Iaroslava. Observad la amplitud de una calle que en España llamaríamos avenida, parece perderse en el horizonte. Espacio para recibir la mayor cantidad de sol posible y calentar el edificio, en este sentido, podríais apreciar también que el tamaño de las ventanas es mayor que en España también para que entre la mayor cantidad de luz posible.

En resumen ya veis que por esta zona urbanisticamente se dan los grandes espacios abiertos.
Por la tarde fuimos al parque acuático Waterville que está al lado del hotel Pribaltiskaya, en la parte oeste de la isla Vasilievsky. Un centro de ocio acuático que abre todos los días hasta las 11 de la noche con precios a partir de 500 rublos (15 euros) y que como podeis apreciar en las fotos está nuevecito y es bastante majete para echar un rato de relax.


Relax a no ser que la mujer se empeñe en meterte en esas condenadas estructuras de tubos que veis en la foto superior. Yo no se que velocidad se debe cojer pero yo ya estoy mayor para estas cosas. A mi lo que me gusta son los chorritos de agua en la nuca y las burbujitas en los riñones y como mucho las piscina con olas. Y vale.
Lastima, lastima de no haber cojido la cámara de fotos para que me hubieseis visto caminar sobre las aguas del mar. ¿Que hizo esto posible?. ¿La fé?. ¿La magia?. No, fué tan sólo el resultado de las leyes de la termodinámica ya que la costa del Golfo de Finlandia estaba congelada. Un espectáculo digno de ver ya que la extensión de la capa de hielo era considerable. Nos adentramos varios metros en el mar y la verdad es que daba dentera sobretodo al ver las aguas oscuras debajo del hielo.
En fín, otra experiencia más en la vida la de imitar a nuestro señor.
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